¿Es bueno usar andadera?
¿Qué porque usamos una andadera? En realidad por costumbre, porque nuestras mamás o abuelas las usaron y entonces se considera kit del bebé. Pero ¿cuál es la realidad de las andaderas?
Realidades:
Se creó cómo una herramienta para ayudar al bebé a caminar, pero se ha convertido en un instrumento al que se le delega el cuidado del bebé, pues es la forma en la que mamás y papás logran que el niño pueda quedarse sólo temporalmente sin asistencia, mientras realizan otras actividades; sin embargo, sin supervisión pueden ocurrir accidentes que podían ser evitados.
La andadera es la causa más frecuente de que los niños no gateen, disminuyendo así su desarrollo neuronal, control corporal, motricidad fina y gruesa, así como la conciencia corporal y espacial.
Gatear y caminar sin apoyos como la andadera le da fuerza a las piernas y brazos del bebé.
Nuestros niños solos encontrarán de que apoyarse para ponerse en pie cuando, por ejemplo, cuando se apoyan en el borde de la cuna o de algún juguete o mueble.
Las andaderas fueron inventadas para las personas que por alguna razón no pueden caminar, pero nuestros bebés ¿deberían caminar a la edad de seis meses que es cuando se comienzan a utilizar las andaderas? La respuesta es no, a esta edad nuestros bebés por naturaleza aún necesitan viajar en brazos. A los seis meses nuestros bebés aún no han desarrollado por completo el equilibrio del torax (sedestación) por lo que utilizar andaderas podría hacer más frecuentes las caídas.
La andadera promueve posturas anormales de las piernas, la cadera y de la columna vertebral, lo que puede impedir el desarrollo de habilidades útiles al jugar correr o practicar un deporte.
Al no comprar una te estarás ahorrando entre $500 y $2000 pesos.
Cómo verás es mejor acompañar el desarrollo natural de nuestro bebé, si tu hijo ya utiliza andadera recomendamos no quitarla de inmediato, pues la desaparición abrupta del apoyo que siente para moverse podría causarle ansiedad, para ello puedes dejar la utilice por pequeños lapsos, acompañarlo en sus recorridos y proporcionarle otros apoyos, hasta que la retires por completo, y eso sí, nunca lo dejes solo, así podrás prevenir caídas.